viernes, 10 de diciembre de 2010

La hepatitis C

La hepatitis C se transmite a través del contacto directo con la sangre de una persona infectada. Los síntomas provocados por el virus de la hepatitis C pueden ser muy parecidos a los provocados por los virus de las hepatitis A y B. No obstante, la infección por el virus de la hepatitis C virus puede conducir, a la larga, a una enfermedad hepática crónica y es el principal motivo de transplante de hígado en EE.UU.
El virus de la hepatitis C se contagia:
  • Al compartir agujas y jeringuillas para inyectarse droga.
  • Al hacerse tatuajes o piercings con instrumental no esterilizado.
  • Mediante transfusiones de sangre (especialmente antes de 1992; desde entonces, en EE.UU. se hacen controles sistemáticos de la sangre donada para detectar esta enfermedad).
  • Mediante el contagio de un recién nacido por su madre infectada.
  • A través de las relaciones sexuales (aunque se trata de una vía de contagio menos habitual).
La hepatitis C es también un riesgo habitual en los centros de diálisis. Raramente las personas que conviven con un enfermo de hepatitis C se pueden contagiar al compartir artículos que pueden contener la sangre del enfermo, como maquinillas de afeitar o cepillos de dientes.